ZAIDA MUXI
ArquitectaPor: Carolina EspinosaImágenes: Gentileza de Zaida Muxi
Recuerdo que la primera vez que escuché que todo estaba hecho según la "medida del hombre", me pregunté a qué hombre se referían. Era pequeña. Con los años, y después de haber estudiado arquitectura, la duda se transformó en una especie de piedra en el zapato. En primer lugar, no todos los hombres son iguales y segundo ¿Qué pasa con las mujeres? ¿Qué pasa con los niños? ¿Y con las personas de movilidad limitada?, la lista es larga. Investigando llegué a lo que se conoce como urbanismo desde la perspectiva de género, que, en palabras simples, es pensar y diseñar ciudades que sean inclusivas, no pensadas desde un solo punto de vista sino el de todos. Zaida Muxi, arquitecta y urbanista argentina, que lleva muchos años viviendo en Barcelona, es una gran referente sobre este tema y fue una de las primeras personas que contacté para entrevistar, llegando a la capital catalana. La pasé a buscar a su casa y mientras caminábamos hacia una cafetería, conversamos sobre arquitectura, las ciudades y de nosotras, las mujeres y nuestro rol frente a estos temas.
¿Cómo llegaste de Argentina a Barcelona? ¿Qué te trajo hasta acá?
Llevaba un año y medio de haber acabado la carrera y estaba en ese momento donde no perdía nada y decidí irme. Y me vine. Lo único que tenía era el título, y en esa época Argentina tenía un acuerdo especial con España, con el cual me reconocían en título, lo que no es menor. Por otro lado, hubo un cambio de ley que me ayudó ya que soy hija de madre española, si mi padre hubiese sido español recibía la nacionalidad inmediatamente pero como era mi madre, no. La ley cambio, a padres y madres, y pude acceder a la nacionalidad.
¿Por qué optaste por estudiar arquitectura?
Mi padre era ingeniero civil, constructor, por ahí tuve cierta influencia y a partir de tercer año de secundaria, sin saber mucho de qué se trataba, pensé en estudiar arquitectura, pero después pensé en diseñar moda y fui a hablar con una señora que hacia corte y confección para que me orientara. Me dijo que ella me podía enseñar la base para diseñar y construir vestuario y que la arquitectura me podía dar un bagaje cultural que me sería muy útil en el área de la moda. Y eso fue lo que hice, durante la carrera trabajé paralelamente diseñando ropa, y cuando terminé la carrera ya tenía algo de experiencia en vestuario. Pero dentro de la arquitectura siempre me interesó el tema urbano y poder hacer de la ciudad un lugar accesible para todos.
¿Qué implica construir la ciudad desde la perspectiva de género?
Primero hay que reconocer que la sociedad en la que vivimos es patriarcal y machista. Los hombres y mujeres tenemos roles diferentes y asignaciones de capacidades y espacios distintos. Y en estas asignaciones diferentes, a las mujeres, por tener la capacidad de engendrar vida, se nos asignó una serie de tareas ligadas a eso y estas tareas tienen un lugar que es el interior, es una tarea no visible, no reconocida ni remunerada y a los hombres, en cambio, se les da el rol de lo público, del espacio público, del trabajo remunerado y visible, el que genera historia, cultura, etc. Dentro de esta lógica, la ciudad ha sido pensada desde esa experiencia, la del hombre, y del hombre minoritario, de clase alta, de grupo de poder, con todas sus condiciones físicas al cien por ciento. Y nos han convencido que la forma de hacer ciudad es neutral y objetiva, cuando no lo es. Cada uno informa desde su propia experiencia, y la experiencia de un hombre o de una mujer, por dar un ejemplo, es diferente. Según esto, una ciudad con perspectiva de género, será una ciudad donde alguien con problemas para desplazarse se pueda desplazar, donde haya mejor iluminación, quizás sin estas grandes avenidas que se ven tan bonitas a vuelo de pájaro y que deslumbran en las revistas, pero sí más funcionales para quienes las habitan.
Lo que se ve reflejado en la historia que ha sido contada parcialmente, desde una perspectiva y una sola voz, la del hombre ¿Cómo podemos revertir esto y volver a contar la historia desde todas las voces?
Lo primero es ser conscientes de la mentalidad que ha existido desde siempre, donde sólo han aportado unos. Hay que volver a mirar. La historia no es una y no está escrita sólo una vez, cada generación debe repensarse y repensar, y desde ahí visibilizar lo que no se vio. Se trata de leer lo mismo, pero ahora, fijándonos en todos. Mujeres que han hecho grandes cosas, han existido siempre, pero la historia no las ha reconocido.
¿Cómo ajustamos las ciudades ya construidas para que sean accesibles a todos?
La ciudad nunca está acabada, siempre está cambiando y ahora toca que todas las ciudades se construyan sobre sí mismas. Que las ciudades crezcan como lo vienen haciendo es insostenible para el territorio, económicamente, atmosféricamente, etc. Hay que hacer el trabajo de aprovechar lo que ya hay, y volver a pensar las ciudades para las personas, para todos y no sólo para el coche, como se hace actualmente. En este repensar, podemos ir sumando los cambios y soluciones.
¿Qué es Colectivo Punto 6?
Se trata de un grupo de mujeres que analiza la ciudad desde la perspectiva de género y el feminismo, entrelazando la arquitectura y la sociología, con procesos participativos. La organización nace porque se dan dos situaciones. Primero, en el año 2004 surge una ley, aquí en Cataluña, que establece 8 puntos de cómo se debe actuar en la rehabilitación de barrios. El punto 6 habla, por primera vez en una ley catalana, sobre la inclusión de la perspectiva de género en los proyectos de espacios públicos y equipamientos. Por otra parte, se da un nuevo contexto político, donde se empiezan a incentivar y financiar investigaciones sobre perspectiva de género y feminismo, en distintas áreas. Estas dos situaciones hacen que formemos un grupo de investigación cuyo nombre se debe al punto 6 de la ley que antes te mencionaba.
Hay referentes mujeres que se han perdido en la historia y que han sido un aporte para las ciudades ¿Quiénes serían para ti, referentes importantes?
Acabo de sacar un libro al respecto, que se llama "Mujeres, Casas y Ciudades. Más allá del umbral". Investigando para el libro, fui descubriendo mujeres que han aportado a las ciudades, y seguro en libro dejo a muchas afuera, pero lo que intenté buscar es cómo desde la experiencia de ser mujeres habían aportado a las ciudades, no son todas arquitectas. Hay tres mujeres que me gustan mucho, que empezaron a pensar en mejorar la vivienda obrera y la vida de los pobres, desde distintas maneras de actuar. La primera es Octavia Hill, una mujer británica de mucho dinero que está en contra de la decisión de derribar los conventillos, por razones de higiene, y en cambio propone mejorar las condiciones de lo que existe trabajando con quienes allí habitan, mejorando sus capacidades. Si mejoran sus capacidades, mejoraran su forma de habitar. Por otro lado, está, Margarete Schütte-Lihotzky, la primera arquitecta austriaca y que, desde que está estudiando, se plantea la forma de habitar de los más pobres y diseña una casa semilla, que va creciendo y que cuando termina de crecer, la unión de estas casas, conforman una sola fachada. Entonces el habitar no es solo la vivienda, sino también el barrio. Es reconocida mundialmente por el proyecto La Cocina de Frankfurt. Y, por último, la urbanista holandesa Jacoba Mulder, que entendió que las viviendas debían conformar un espacio social y no ser sólo un elemento aislado.
¿Qué falta por hacer? ¿Cuáles serían las medidas necesarias, que faltan por tomar, quizás como políticas públicas, para humanizar las ciudades?
Depende de cada circunstancia urbana, de cada ciudad, pero si tuviésemos que comenzar por algo seria trabajar siempre en dos escalas. La macro, como estrategia territorial, pero sin olvidar la escala uno a uno, la escala del día a día. Es importante entender que no hay detalles menores, es tan importante un paso de peatones como el trazado de un tranvía. El impacto para unas personas que no podían cruzar una calle y que después de que pusieran un paso peatonal pueden hacerlo, es gigante. Una buena solución no requiere de grandes sumas de dinero, sino de estar ahí y ver qué pasa. La escala uno a uno, es vital.