OBJETOS ÚNICOS
Por: Ángela Erlwein, Interiorista
Imágenes: Gentileza de Ángela Erlwein
Todos tenemos alguna cosa que nos evoca un recuerdo. Un regalo, algo que te llamo la atención en una feria, un viaje, una tienda o en la casa de los abuelos. Algo que, a partir de la experiencia, se transformó en un elemento especial. En definitiva, un objeto, que es único y sólo adquiere sentido, en nuestra realidad.
Hoy quiero hablar de estos elementos; la alfombra de la abuela, el jarro que compramos en la feria de las pulgas o el juguete que teníamos de chicos y evoca todas nuestras emociones ¿Por qué no llevar esto a nuestros espacios y convertirlos en el elemento generador de una atmósfera? Según lo convencional, estos elementos puede que no correspondan al entorno y cuesta visibilizarlos en nuestros espacios, pero al ser únicos e irrepetibles y por sobretodo propios, pueden ser un icono en el ambiente que estamos decorando y otorgarle el carácter que le queremos dar. De hecho, si nos aprovechamos de esta característica, podemos crear una "escenografía" para éste y darle protagonismo, de una manera escultórica.
Lo primero es poner este elemento como el punto focal del lugar a decorar y aprovecharse del dinamismo que le puede dar al espacio, que su presencia cuente su historia y hable de las emociones que nos evoca, para que cuando entremos al lugar donde esta puesto, todo esto se mezcle, generando algo entretenido, único, con carácter.
Al pensar en el tema para esta columna, quise evocar emociones, sensaciones y sentimientos. Pensando que, lo visual puede transmitirnos lo mismo que la música, un olor o un sabor, y los elementos de siempre, bien ubicados pueden hacer que un simple espacio pase a ser tu rincón favorito.
Lo mejor de todo es que esto es muy fácil, sólo hay que tomar aquel objeto del baúl de los recuerdos o del punto donde está, medio escondido, y otorgarle un buen lugar, dándole así, el protagonismo que cada uno quiere darle en sus vidas.
Estos elementos, que pueden ser lo más simple del planeta, son capaces de darle personalidad a nuestros espacios y alma al lugar, ganando además un espacio escultórico, que además va a rememorar un recuerdo, una emoción.
Al final, qué mejor, que llegar a tu casa y sentirla tuya.