¿Cómo son tus inicios como ilustradora? ¿Cuándo esto se transforma en una forma de ganarte la vida?

Pues la verdad es que empecé tarde a verlo como una posible profesión, nunca tuve cerca a alguien que me dijera algo como “es posible dibujar profesionalmente” o que me explicara cómo hacerlo. Siempre he dibujado, desde que soy enana. Ver dibujos, leer cómics y cuentos y luego dibujar ha sido gran parte de mi infancia. Hasta los 26 años no me paré a pensar que quizá se podía trabajar de ello a media jornada, si es que no daba para vivir y no fue hasta los 28 años que decidí irme a Reino Unido a intentar ser ilustradora a tiempo completo. ¡Y así pudo ser!

¿Quiénes son tus referentes?

Pues han ido cambiando porque me costó un poco decidir el rumbo que iba a tomar, si iba a hacer puramente ilustración infantil o quizá intentar algo de cómic. Pero podría decir que una de mis grandes referentes es Helen Dardik, una ilustradora que vive en Canadá. También está Leo Espinosa, un ilustrador colombiano que vive en Utah, con el que tuve la suerte de aprender un montón en persona. Por supuesto gente de Disney como Mary Blair o los ilustradores Alice & Martin Provensen son grandes referentes para mí. Bob Staake y Marc Boutavant son imposibles de olvidar. Además, tengo la suerte de tener a mi alrededor ilustradoras y dibujantes de cómic como Natacha Bustos, Clara Soriano y Ana Oncina que forman parte de mi día a día y me inspiran a mejorar. Sin olvidar a Lorenzo Montatore, que además de ser mi pareja, forma parte de mi evolución y me ayuda constantemente con mi desarrollo como ilustradora.