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ciudades más verdes

Por: carolina espinosa

imágenes: carolina espinosa

agosto 2017

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El crecimiento de las ciudades, ya sea por una mala planificación o simplemente porque la población ha aumentado considerablemente y se ha concentrado en algunas ciudades o sectores, ha llevado a un déficit de áreas verdes que no sólo afecta a la imagen de las ciudades sino también a la calidad de vida de sus habitantes.

En ciudades como Nueva York y Barcelona, por poner un ejemplo, se están tomando medidas a nivel gubernamental que no dejan de ser interesantes y por qué no decirlo, dignas de imitar. 

 

El ayuntamiento de Barcelona, tomando este caso en particular, busca promover la renaturalización de la ciudad a través de, por una parte, la concienciación y la colaboración ciudadana con la colocación de macetas y jardineras en azoteas, patios, balcones e incluso en las fachadas de los edificios y, por otro lado, a partir de la bonificación o la exención del impuesto de bienes inmuebles a los barceloneses que se animen a instalar cubiertas vegetales en sus casas. El proyecto no deja de ser interesante en una ciudad tan construida y compacta como es Barcelona, donde no es fácil aumentar la superficie de áreas verdes y donde, según los técnicos, los beneficios que puedan aportar a la mejora de la calidad de vida son muchos, partiendo porque contribuye a incrementar la calidad del aire al absorber partículas contaminantes, CO2 y polvo, además de actuar como un filtro climático entre el exterior y el interior de las viviendas, por mencionar algunos.

 

Chile no se queda atrás, y a pesar de que falta una mayor legislación que regule y potencie el uso y desarrollo de las áreas verdes, no podemos dejar de destacar el trabajo de particulares que sin duda han sido un aporte en el tema, como es el caso de Pasarelas Verdes San Borja y de la Fundación Mi Parque. 

 

Sería interesante ver más proyectos de arquitectura que incluyeran vegetación en sus fachadas o en sus cubiertas, pensando no sólo en ser un aporte ornamental a la ciudad sino también al medio ambiente y a la calidad de vida de sus habitantes, y que desde el Estado se promoviera este tipo de solución. Debemos dejar de pensar en los costos monetarios a corto plazo y pensar en lo que nos ahorraremos en salud, por ejemplo, en un futuro, al apostar por una mejor calidad de vida hoy.

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